sábado, 20 de octubre de 2007

16 Laberintos

16.-

LABERINTOS.


Navegante de Ariadna y de Quevedo,
castrada por el guante indivisible,
vas lamiendo la estela inmarcesible
del registro de un toro por el ruedo.

En cierta forma de mamario puedo
solventar la extrañeza inaccesible.
Es tiempo de manar un imposible
en ventanas sin luz, quemar el miedo.


No hay fuego suficiente para asarlo
sin la pira caliente de la dama,
en la cama somier donde hay que atarlo.


Del negro continente, sombra en drama,
el clítoris dispuesto a no evitarlo.
Hijos del siglo XX, Cuor en llama.

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