17.-
PROSTITUTAS.
Ardiente por aforo, chupapijas.
El semen de la boca a la garganta
como un veneno sórdido atraganta
el rayo de libido de las hijas
de Eros. Y la noche en las rendijas
que amanece lamiéndole la santa
cabaña, inquisición, que no se espanta
ni lleva comezón en las sortijas.
Otra mueca de excesos y pecados;
otro albur con estupros avarientos,
otra zona de tedios incubados
por hombres que les pegan unos cientos
de ladillas y virus infectados
y el deseo jamás bebe los vientos.
PROSTITUTAS.
Ardiente por aforo, chupapijas.
El semen de la boca a la garganta
como un veneno sórdido atraganta
el rayo de libido de las hijas
de Eros. Y la noche en las rendijas
que amanece lamiéndole la santa
cabaña, inquisición, que no se espanta
ni lleva comezón en las sortijas.
Otra mueca de excesos y pecados;
otro albur con estupros avarientos,
otra zona de tedios incubados
por hombres que les pegan unos cientos
de ladillas y virus infectados
y el deseo jamás bebe los vientos.
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